FEPROPAZ Fundación Educativa de Prosperidad y Paz .
¿Qué nos inspira?
El sueño de retribuir a Dios, la naturaleza y el planeta; un poco de lo que hemos tomado de la madre tierra para vivir, desarrollando proyectos transformadores, que rescaten los valores con una inquebrantable pasión por el servicio y superen todas las fronteras físicas, sociales, políticas y económicas; para proyectar a Colombia ante el mundo, como un país líder de iniciativas de cooperación social, aplicables en múltiples poblaciones desfavorecidas y con convicción absoluta en protección del medio ambiente.
Fue un sueño que nació en el Rosal del Monte “Paraje de Ensueño Incrustado en la Montaña”; un corregimiento del municipio de Buesaco en el departamento de Nariño; custodiado por dos cadenas montañosas que se yerguen como invencibles centuriones, formando un pliegue que recolecta los hilos de agua cristalina que nacen en sus cumbres, reclamando su derecho de ser fuente de vida, para poder matizar en una infinita gama de colores verdes, a la colcha de retazos que se imprime en sus laderas y valles; donde se pierda la vista en los amaneceres y en las noches se refleje la luz de millones de estrellas, junto al resplandor de la luna.
Es una plataforma donde la vida le gana la partida a la devastación humana, donde el equilibrio es el resultado del amor y del esfuerzo de labriegos forjadores del buen vivir, donde el amor es el enlace para la convergencia de diferentes especies, que conviven en armonía y nos proveen deliciosos frutos saludables; donde la madre tierra se fecunda con las semillas de la brisa fría y se engrandece con el fuego del sol, gracias a la fuerza cósmica del universo.
Hoy es un paraíso ejemplo de emprendimiento y foco de desarrollo, el lugar ideal para el surgimiento de la fundación FEPROPAZ, donde lleguen de todos los rincones del mundo en busca de la musa para sus sueños; hombres buenos a inspirar sus grandes e invencibles proyectos, que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de todos los hijos de esta madre tierra.
Sera el edén para rendir tributo al amor incondicional de una madre, que hoy nos protege desde el cielo; cuya esencia se inmortaliza en los hermosos jardines de rosas y veraneras, aquella que nos enseñó a amar y servir con un corazón puro, como sinónimos de paz y prosperidad, aquella que inspiro la transformación de la invisibilidad de un pedacito de tierra inerme, en el paraíso que hoy llamamos: “Villa Laurita.
Dedicado a mi madre Laura Prada de Cristancho 6 de Agosto 1953 -14 de Diciembre 2018