La violencia y los conflictos sociales son circunstancias a las que nos hemos visto expuestos a lo largo de la historia. Muchas sociedades se han visto profundamente afectadas por lo mismo, comúnmente los estragos de estas situaciones pueden dañar severamente los valores sociales. En este sentido ¿Cómo una sociedad con educación puede promover la paz después de estos sucesos? Si bien, las respuestas pueden ser variadas, en esta oportunidad tratamos de hacerte saber cómo es posible.
La escolaridad y su contribución a la cultura de la paz
La educación, además de sus objetivos más primordiales vinculados a la transmisión de conocimientos, tiene en su haber la virtud de enseñar valores sociales y la comprensión de los derechos humanos, la paz y la tolerancia para la sana convivencia en sociedad. Sin embargo, el enfoque educativo debe estar edificado desde sus cimientos hacia la paz para poder apreciar los resultados.
Primordialmente desde tempranas edades, los jóvenes requieren del impulso educativo enfocado a la paz pues, son constantemente perseguidos con distintos tipos de violencia a través de diversos medios de comunicación. De acuerdo a la UNESCO, en un estudio realizado en 1978 en Londres, se analizaron a más de 1000 adolescentes para comprender la relación entre la exposición prolongada a la violencia en medios de comunicación y sus efectos sobre el comportamiento real. El estudio encontró que al menos 50% de los encuestados había participado en actos violentos y que al menos 12% había sido partícipe de actos violentos graves.
En este sentido la escolarización es fundamental, ya que la cultura de la paz si bien es un proceso lento, puede contrarrestar los efectos de este tipo de exposiciones a la violencia, mediante un conjunto de factores que involucran la sana convivencia social, además de los valores y el respeto por los derechos humanos inculcados a través de la educación.
La cultura de la paz en Colombia y el mundo: Una sociedad con educación
En el caso de Colombia, la cultura de la paz surgió de la mano de las políticas públicas. Principalmente enfocada en la protección de los derechos humanos y bajo la sombra del conflicto armado, se valió de herramientas como el acceso a la educación para difundir una perspectiva más amplia acerca de la paz, considerando por supuesto lo establecido en el ordenamiento jurídico colombiano.
Sin embargo, y muy a pesar de lo establecido en la Constitución colombiana, los valores vinculados a la paz están netamente contemplados a nivel teórico. Por lo que, la ejecución de un verdadero plan para contribuir a la cultura de la paz se ha visto imposibilitada tras la ausencia de verdaderas estrategias, tanto pedagógicas como psicosociales que garanticen su afianzamiento.
Algo que coincide con los efectos positivos de los acuerdos de paz de Irlanda del Norte, por ejemplo, donde la educación jugó un papel trascendental. Tal es así que posteriormente al acuerdo de paz se ejecutó una reforma educativa. Algunas personas se preguntan por qué esto se lleva a cabo.
La verdad es que mucho de esto tiene que ver con el hecho de que la educación funge como una garantía de la no repetición de acciones que vulneren lo establecido en los acuerdos de paz.
Algunas de las acciones que se tomaron posterior a la firma del acuerdo de paz en Irlanda del norte:
- Fortalecimiento de las universidades tradicionales, y en estas se han creado institutos de paz reconocidos mundialmente como El centro de Glencree para la paz y la reconciliación
- Se han establecido currículos y métodos pedagógicos en favor de la tolerancia en el sistema educativo, por ejemplo, llevar a excombatientes de ambos bandos a conversar con los estudiantes de colegio, esto es similar a uno de los programas que se realizan en colombia para esta misma causa, por ejemplo, en los programas Simonu y Generación de Paz en Bogotá
- Se han promovido iniciativas de formación política democrática para líderes comunitarios, se ha fundado una red de institutos de formación para el trabajo.
- Se han construido museos y hasta las cárceles se han convertido en centros educativos
El éxito de este país está vinculado con el enfoque global y coherente, de liderazgo a través de la reforma y transformación de las instituciones – que el país tuvo hacia la reconstrucción, reconciliación y reparación.
Siendo así, es necesario contemplar la educación como el medio idóneo para llegar a los jóvenes y a los adultos, para estudiar los estragos de la violencia y las vivencias pasadas que giraron en torno a esta. De esta misma manera, la educación es la herramienta más importante para recuperar la protección de los derechos humanos, así como también para proteger a la sociedad y la democracia.
La sociedad con educación como cimiento para el crecimiento social
La educación es capaz de reconstruir a un país completo. Un ejemplo claro de ello es Japón. De hecho, el sistema educativo vigente hoy día en Japón fue instaurado justo después del cese de la Segunda Guerra Mundial. Inspirado en el sistema educativo estadounidense, es considerado como uno de los mejores del mundo.
Es incluso uno de los objetivos más importantes de la educación en Japón formar ciudadanos capacitados, pero también construir una sociedad pacífica, donde se respeten los derechos humanos y donde cada persona sienta un profundo interés por la verdad y por la paz. En este sentido, los estudios sociales constituyen un elemento fundamental de los planes de estudio.
Hoy en día, Japón es considerado como uno de los países más pacíficos del mundo. La prueba fehaciente de que la educación es uno de los mejores instrumentos para alcanzar la paz.
En los últimos años el tema de la Educación y el Desarrollo ha sido muy debatido y no por ello agotado, según Jaques Delours (1996)
“De la educación depende en gran medida el progreso de la humanidad… hoy está mas arraigada la convicción de que la educación constituye una de las armas mas poderosas de que disponemos para forjar futuro… El principal peligro, en un mundo marcado por la interdependencia planetaria y la mundialización, es que se abra un abismo entre una minoría capaz de moverse en ese mundo nuevo… y una mayoría impotente para influir en el destino colectivo.”
Al final de todo podemos decir que:
- La educación es un proceso que presupone avance y progreso social, que busca el perfeccionamiento del individuo a lo largo de la vida.
- La educación tiene a su vez ciertas funciones sociales que debe cumplir, en relación con la cultura, que es la dinamizadora de la estructura social, la de preservarla, desarrollarla y promoverla buscando para la sociedad una cualidad superior.
La educación es verdaderamente uno de los instrumentos más poderosos para reducir la pobreza y la desigualdad y sienta las bases del crecimiento económico sostenido. Comencemos a invertir más en ella. Colombia en el momento historico en el que se encuentra es importante apostarle a procesos educativos que aporten a todo el proceso de construcción de un país en paz.
Escrito por: Nuestra Directora