La moral y la paz de las personas no es lo único que se ve devastado con el paso de las guerras. A nivel ambiental el impacto que puede llegar a tener un conflicto bélico puede superar lo imaginable. A propósito del reciente conflicto entre Rusia y Ucrania, es fundamental saber reconocer de qué manera la guerra o cualquier conflicto interno o externo puede perjudicar al ambiente y cuáles son los alcances a nivel tecnológico que se ven involucrados también. Por ello, decidimos escribir este artículo y exponer los impactos ambientales de las guerras.
Impacto tradicional vs Impacto digital
Con el pasar de los años y el desarrollo de diversas guerras, se ha podido evidenciar el alcance de los estragos derivados de estas. Antiguamente, se apreciaban daños profundos a nivel ambiental, por ejemplo, durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial se sabe que está derivó en erosiones en el suelo y una gran deforestación, además del fallecimiento de grandes cantidades de animales terrestres y marinos como consecuencia del vertido de agentes contaminantes en el agua y las explosiones sobre diversas superficies. Eso sin contar las pérdidas humanas que se estima que superaron 83 millones de muertes.
¿Pero qué pasa cuando la tecnología se abre paso en medio de los conflictos bélicos? La inclusión de nuevas tecnologías ha dejado ver la aparición de un tipo de impacto que si bien en la mayor parte de los casos se centra en la fabricación de armas más efectivas y potentes, también puede emplearse para la creación de mecanismos para el robo de información confidencial, como sucede actualmente en la ciberguerra que Anonymous, un grupo internacional de ciberactivistas, ha emprendido contra el gobierno ruso.
Parte de los ataques que Anonymous ha perpetrado contra el Estado ruso recientemente, han sido el hackeo de cadenas televisivas para mostrar lo que está pasando en Ucrania, y según algunas fuentes, como El Mundo, se presume que se avecina un ataque a nivel financiero. Vale destacar, que Anonymous se ha integrado a esta especie de guerra virtual como escarmiento a las acciones lideradas por el presidente de Rusia Vladimir Putin contra Ucrania, las cuales han dejado un saldo de más de 350 personas fallecidas y al menos 1600 heridos desde el comienzo de la invasión rusa en Ucrania que tuvo lugar el pasado 24 de febrero.
La guerra y el ambiente a lo largo de la historia
Como se mencionó en un principio, las guerras representan uno de los factores de destrucción más devastadores para el medio ambiente. De hecho, La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reseña que al menos el 40% de las guerras y conflictos bélicos van de la mano o se originan por la explotación de recursos ambientales, estás guerras son en su mayoría internas o irregulares. Los principales recursos involucrados en estos conflictos son el agua, el petróleo, y minerales estratégicos. Si no protegemos los recursos naturales hoy, el día de mañana tendremos que involucrarnos en guerras por ellos.
Esto es especialmente grave a nivel social y ambiental, porque además de acuerdo a la misma fuente, en algunos lugares como la República Democrática del Congo, que ha tenido desde hace mucho años conflictos internos por este tema, la explotación de los recursos les ha dado al menos 100.000 millones de dólares a grupos criminales y a los rebeldes.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los daños ambientales estuvieron profundamente relacionados con la pérdida de vidas, tanto humanas como de animales, así como la contaminación del suelo y de las aguas debido al vertido de contaminantes. Pero antes de esto, durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, también se evidenció el impacto que esta tuvo sobre el medio ambiente.
Por ejemplo, en Francia, los terrenos de la Colina Mort-Homme, fueron arrasados por la maquinaria de guerra, perdiendo al menos 8 metros de altura. Los bosques aledaños igualmente fueron devastados, al punto que hoy en día no es posible el cultivo de plantaciones debido a que se trata de un suelo completamente infértil.
Más allá: Los desechos nucleares
El uso de energía nuclear y los residuos de esta, son fatales para el medio ambiente. A nivel económico la gestión de estos residuos es demasiado costosa, y las consecuencias ambientales que desprende permanecen presentes durante años. Un claro ejemplo de esto, es la tragedia de Chernobyl, la cual se considera como la peor tragedia nuclear de la historia. La magnitud del problema fue tal, que cualquiera que haya sido expuesto a la radiación puede llegar a padecer desde depresión y cataratas, hasta leucemia y cáncer de tiroides.
Eso sin contar las malformaciones congénitas y los daños ambientales, de esto último se sabe que al menos 4 millones de hectáreas han sido contaminadas por radiación. Algo de la misma gravedad ocurrió en Japón, donde tras un accidente en la central nuclear de Fukushima, el estado Japonés decidió verter el agua contaminada de dicha planta en el océano, lo que claramente fue duramente criticado.
A todas estas, las implicaciones de la guerra, ya sean internas o globales, van mucho más allá de lo que se pueden ver en las noticias. ¿Es verdaderamente necesario exponer las vidas humanas y al medio ambiente en general? Los estragos producidos por los conflictos bélicos perduran a través del tiempo y en muchos casos son irremediables. Es por ello que, si seguimos devastando los recursos naturales de esta manera se escalaron los conflictos internos y nos veremos abocados a guerra entre naciones por apoderarse de los recursos de los escasos territorios que hayan tenido la visión de conservarlos.
Nosotros desde la fundación FEPROPAZ tenemos como propósito concientizar a la humanidad en temas tan sensibles como la paz y el ambiente, pues de nuestras acciones depende la prolongación o destrucción de la humanidad.
Escrito por: Nuestra Directora